En Colombia unos pueden dormir tranquilos, mientras otros se arrastran para sobrevivir en el día a día.
15 de agosto de 2020
La desigualdad social causada por el sistema político implementado en los últimos años es cada vez más notable. La emergencia sanitaria ha amplificado las diferencias sociales y ha expuesto a las comunidades más vulnerables, quienes hoy piden a gritos ser tomadas en cuenta, mientras aquellos con lujos duermen tranquilos.
Dividimos la sociedad en dos, por un lado, los que se exponen y requieren de su presencia física a diario, como campesinos, transportadores de alimentos, guardias de seguridad, entre otros miembros del proletariado. Ellos se exponen a condiciones pre-existentes a diario. La mayoría de las veces, estos individuos no poseen acceso a la educación o la tecnología, pues tienen escasos recursos. Así, se puede ver que son ellos los más afectados en este momento.
Por otro lado, aquellos que tienen un computador o un nivel de educación no se ven tan afectados. Mas bien, éstos individuos parecen no reflejar tantos inconvenientes al verse obligados a adaptarse a las consecuencias dadas por la pandemia. Ellos tienen la posibilidad de trabajar o estudiar desde casa y de dormir tranquilos. Aunque no se crea, esto es un lujo.
La divergencia social permite resaltar a cientos que arriesgan su vida para poder subsistir durante la emergencia sanitaria. Además, el hecho de tener recursos como un computador o un trabajo como fruto de una educación ahorra preocupaciones, mientras otros dependen del día a día para poder alimentarse.