2 de septiembre de 2021
Inglaterra es el mejor ejemplo para ilustrar una sociedad conservadora. En todos sus aspectos Inglaterra ha sido regida por una monarquía y en la sociedad civil han prevalecido valores como el statu quo y el imperio de la ley. Aunque el imperio de la ley expresa que los ciudadanos son todos iguales bajo la ley, los ingleses tienden a ser bastante cautelosos con sus círculos sociales, pues tienden a relacionarse con personas que se encuentran en su misma condición social o económica por temor a ser juzgados o por un cambio en su vida social o económica. Aquí, la sociedad misma impone que cualquier cambio representa inestabilidad por más bien que haga. Siendo así, la sociedad inglesa demuestra que, aunque surjan problemas, lo importante es regresar a la tradición, ya que dicta el orden y en eso se basa la sociedad. Sin orden, no quien asegure la libertad de la sociedad y sin libertad no hay sociedad. Es por esto que, en su historia, Inglaterra ha dejado la figura del monarca, es decir, la figura de la representación del poder, de la tradición, del rechazo al cambio, del conservadurismo. Por otro lado, Estados Unidos muestra cómo opera una sociedad liberal. Estados Unidos ha sufrido de constantes cambios políticos y sociales por la participación ciudadana en las decisiones vinculantes. La sociedad americana ha enfocado sus principios en la conservación de la libertad, igual que Inglaterra, sin embargo, el progreso de la sociedad y la optimización en la toma de decisiones son el conductor principal de la política de gobierno, porque considera a sus ciudadanos como iguales y lo importante es garantizar las libertades y el bienestar en general de la sociedad. Estados Unidos es entonces una república. Siendo así, es entonces necesario saber qué se entiende por liberalismo. Esto es una doctrina (no económica) que propone limitar el poder del Estado en defensa de los derechos de los individuos y de las libertades fundamentales. Por otro lado, el conservatismo se entiende como una doctrina que se basa en la tradición, la razón, el individuo y el imperio de la ley. Esto quiere decir que no todos los individuos pueden ser iguales, pues la tradición determina qué derechos o a qué puede acceder un individuo de acuerdo a su condición y las decisiones que se toman en sociedad son basadas en lo que es razonable, más no en lo cuál es la opción óptima para la sociedad. Es decir, la sociedad es reservada al cambio porque la tradición es la fuente de legitimidad. La monarquía puede entenderse como un gobierno por sucesión hereditaria y la república, según Thomas Paine, como un gobierno por elección y representación ciudadana. También es importante aclarar que el gobierno es la gerencia de asuntos públicos y la representación es el principio que postula que los mandatarios políticos tienen que actuar en nombre de los ciudadanos, en defensa de su voluntad e intereses. Finalmente, la libertad es la facultad de realizar o no ciertas acciones sin ser impedido por los demás, por la sociedad como un todo orgánico o, más sencillamente, por el poder estatal, según Norberto Bobbio. Ahora bien, la duda insurgente en esta ocasión es, ¿el conservatismo difiere de manera tajante a lo que establece el liberalismo? Antes de las revoluciones del siglo XVIII, no había una división tajante entre liberales y conservadores, pues compartían valores similares hasta que se puso en tela de juicio el pensamiento político en Europa. Edmund Burke, filósofo irlandés, y Thomas Paine, ciudadano del mundo, filósofo y político; se encargaron de aclarar la división entre estas dos doctrinas políticas, pues los dos eran considerados liberales hasta que discutieron sobre la revolución francesa y la figura del rey, lo que llevo a radicalizar sus ideas. Para entender la diferencia entre el liberalismo y el conservadurismo, en primer lugar, explicaré las ideas propuestas por Thomas Paine respecto a la libertad y la intervención del gobierno. En segundo lugar, explicaré la percepción de Edmund Burke sobre la representación de un monarca. Por último, resaltaré en qué difieren el liberalismo y conservadurismo, para entender su estructura y reconocer la línea que divide una doctrina de la otra, dando a conocer que son doctrinas opuestas completamente.
Si comparamos rápidamente una república con una monarquía (como la de Inglaterra), la primera diferencia que va a resaltar es la representación del poder. En una monarquía, el rey es la representación del poder muchas veces es la personificación de lo divino), dando a entender que el pueblo entrega su libertad a los intereses del rey porque él es quien tiene la facultad de decidir qué hacer o cómo hacerlo. En este punto, el rey tiene la facultad de limitar las libertades de las personas de acuerdo a sus intereses. Aunque al rey le conviene asegurar bienestar al pueblo, las libertades se van a ver sujetas a lo que considere el rey como bueno o malo; por tanto, las decisiones van a ser subjetivas. Mientras que, en una república, son las personas quienes deciden quién los va a representar, dando la libertad de elección. De lo anteriormente mencionado, se podría decir que el absolutismo monárquico (tradicionalismo) es el adversario del liberalismo, pues el absolutismo representa que los individuos viven a favor de los intereses del rey y no de los suyos propios, limitando sus libertades a lo que establezca el monarca. Es por esto que Thomas Paine considera que la figura del rey muestra la ignorancia del pueblo. La representación de un rey da por entendido que el pueblo no se preocupa por las decisiones que se tomen en cuanto a sus libertades, derechos y deberes, pues prefieren que alguien instaure un orden por ellos. Por tanto, no saben qué es ser libres ni qué es incluir a la sociedad en decisiones vinculantes, ya que todo está en manos del gobierno. Siendo así, el pueblo del monarca vive bajo la conservación del poder y la tradición de acuerdo a quien lo tenga.
A comparación de Paine, Edmund Burke es partidario de la tradición, la monarquía y defiende en que la representación del rey es lo importante. Burke considera que el rey ya está construido y lo hecho no se debe deshacer. El rey es importante porque es la representación de la tradición y eso es base de la legitimidad. Pero esto no es muy liberal de Burke; más bien, aquí nace otra diferencia entre el conservadurismo y el liberalismo. En la historia de Inglaterra nunca se han propuesto quitar la figura del monarca porque eso es un cambio y el cambio quiere decir que se altera el orden y el desorden altera el statu quo. Además, muchas veces el cambio busca cosas idealizadas que no serán posibles por más reales que parezcan y ese cambio puede ser caótico. Por eso es mejor dejar las cosas como están, así funcionan y así están bien. Mejor dicho, dejen las cosas quietas. Pero el liberalismo plantea algo contrario, el liberalismo es susceptible a cambios, porque lo que predomina es el bienestar de la sociedad en su generalidad. En Estados Unidos ha habido dos revoluciones y constantes cambios sociales y estructurales, gracias a la idea del republicanismo, de la representación y el progreso. Los ciudadanos estadounidenses siempre tuvieron presente que el cambio es progreso, y con el progreso se puede mejorar a la sociedad en su totalidad y no de manera sectorizada. Es decir, entre más opciones tiene un individuo de realizarse en la sociedad, más libertad tiene.
En conclusión, el liberalismo y el conservadurismo son opuestos. Mientras que el conservadurismo se rige bajo la tradición, el orden y el statu quo; el liberalismo busca el progreso, la inclusión de la sociedad y la garantía de la libertad positiva. Es decir, entre más capacidades u opciones hay, más cosas puede hacer, ergo es más libre. Siendo así, El conservadurismo y el liberalismo son opuestos. Sin embargo, surge una duda: ¿por qué las personas conservadoras rechazan la toma de decisiones racionales y prefieren que alguien tome las decisiones por ellos, si tomar el mando en las decisiones vinculantes puede ayudar a expandir su libertad que es lo que tanto buscan preservar?